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lunes, 4 de septiembre de 2017

Septiembre


Melancólico y sereno, suave, tenue, casi de puntillas, regresa septiembre. Una advertencia de otoño Melancólico y sereno, suave, tenue, casi de puntillas, regresa septiembre. Una advertencia de otoño hay en su luz, en el dorado matiz de sus colores, que sin remedio el verano resquebraja. Acortan los días, refrescan las noches. Lentas y silenciosas comienzan las hojas a caer, desnudos quedan poco a poco los árboles, cubiertas de efímera hojarasca las aceras y los parques. Perdida en el recuerdo, cual veraniega postal, la ardiente furia del sol, las tardes junto al mar, los castillos de arena, el sabor a sal...
Un ejército de nubes cenicientas, de improviso hará tronar la tempestad. Repiqueteará la lluvia en ventanas y balcones, charcos de cristal, transparentes como espejos, en las calles y un suave olor a tierra mojada en alas de un viento, tal vez cálido, tal vez destemplado y pertinaz, la ciudad suavemente envolverá.
 Y en ese instante, como siempre... una sonrisa alegre y luminosa que de nuestros labios escapa, una misteriosa sinfonía que a nuestro oído el viento susurra y a cuyo son todos  juntos, bellamente engalanados, danzamos, rendidos a la magia del nuevo otoño que, tímido, se anuncia.
Otoño. Eternas leyendas de tristezas y nostalgias su nombre arrastra. Del año siempre para nosotros la estación más bella. ¿Acaso lo dudabais? En nuestro destino escrito estaba. Al fin y al cabo −borrascoso corazón de la lluvia enamorado− impermeables, humildes, protectores... paraguas solitarios frente a la más cruel tormenta, nosotros somos.  



Relato para los Viernes Creativos de https://elbicnaranja.wordpress.com/ inspirado en la imagen de Kristina Makeeva.

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