Aquel día de verano de 1945 mi vida cambió para siempre. El mundo
despertaba convulso y herido de un sueño de pesadilla y yo era por entonces un
niño de diez años a punto de descubrir el más fantástico secreto que jamás
hubiera podido imaginar. Mágico y poderoso como ninguno. El mayor antídoto
contra las inclemencias del tiempo y de la vida.
Aún ahora, tantos años después, recuerdo el escalofrío que recorrió mi
cuerpo cuando la sala quedó a oscuras y de golpe comprendí el secreto oculto
tras aquella pantalla blanca, feliz de haber encontrado al fin el lugar al que
alguna vez huyeron los sueños.
Microrrelato para el concurso "Relatos en Cadena" del
programa la Ventana de la Cadena Ser.
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