Subir de nuevo a la habitación, retocar su maquillaje y bajar al jardín
donde su marido ya atiende sonriente a los primeros invitados de la fiesta.
Repasa su plan mientras le observa desde la ventana, radiante en su papel de
perfecto anfitrión y la nostalgia la asalta de repente al recordar al muchacho
dulce y cariñoso que hace tanto tiempo la enamoró. Parpadea con fuerza
apartando de un plumazo la sombra de un dolor real pero inoportuno, decidida a
no flaquear esta vez, diciéndose que no maquillará un nuevo golpe más y que
tras despedir al último invitado, esta noche sí, le abandonará para siempre.
Microrrelato para el concurso "Relatos en Cadena" del programa La
Ventana de la Cadena Ser.
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